La gestión de [[recursos humanos]] por parte de la [[administración sanitaria]] ha de tener en cuenta la [[singularidad]] de la [[prestación sanitaria]] en orden a habilitar [[procedimiento]]s y [[mecanismo]]s basados en principios de [[desburocratización]], [[flexibilidad]], [[agilidad]] e [[inmediatez]] en la [[demanda]], al [[tiempo]] que se respetan estrictamente los principios constitucionales de [[igualdad]], [[mérito]] y [[capacidad]]. La aplicación, armónica y ponderada, de los principios citados por parte de los [[gestor]]es sanitarios debe tener, como finalidad última, la [[satisfacción]] de los [[usuario]]s a través de una [[prestación sanitaria]] [[eficiente]] y de [[calidad]].