Abordaje translaminar
En 1998, Di Lorenzo et al. propuso un procedimiento directo menos invasivo utilizando un abordaje translaminar (TLA) a través de una fenestración de la pars interarticularis, evitando así una facetectomía o hemilaminectomía en muchos casos. La creciente disponibilidad de modalidades de imágenes de alta definición (MRI, CT) ha contribuido a la creciente popularidad del abordaje translaminar, ya que la identificación de la ubicación exacta y la extensión de la lesión espinal es crucial para la planificación quirúrgica para limitar daños biomecánicos innecesarios y prevenir la conversión intraoperatoria a un abordaje convencional.
Varios estudios han demostrado la viabilidad, seguridad y eficacia de esta técnica para tratar con éxito la hernia discal lumbar que afecta a la región foraminal y preforaminal 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7).
Este abordaje es más efectivo que el estándar, porque resuelve los síntomas; se asocia con menos dolor postoperatorio y tiempos de recuperación más rápidos sin el riesgo de inestabilidad iatrogénica, y también se puede utilizar en casos con signos previos de inestabilidad radiográfica. La posibilidad de preservar el ligamento amarillo es una de las principales ventajas de esta técnica. Por estas razones, el abordaje translaminar es una técnica válida en términos de seguridad y eficacia. Vanni y cols., analizaron ampliamente la técnica destacando consejos y trucos 8).
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