Lo ideal sería que todas los muertes les sea practicada una autopsia.

Esto impone un aumento de la carga de trabajo sobre los patólogos que debe tener un número adecuado de personal. Las crecientes dificultades financieras son una amenaza seria para la autopsia, aunque su reducción conlleva un empeoramiento de la calidad.

En un estudio se apreció que el 7% de los casos tenían un diagnóstico clínico equivocado y un 9% de los casos el diagnóstico clínico fue incompleto. S

En el 5% de los casos habría llevado a un cambio en el manejo y los resultados.

La autopsia también confirmó que el 11% de los casos murió tras una complicación quirúrgica y en el 3% de los casos la causa principal de muerte no fué neuroquirúrgica.

La autopsia seguirá siendo un medio valioso de auditoría clínica y las crecientes presiones financieras no deberían reducir el número de autopsias.

El neurocirujano es capaz de obtener información educativa importante, que le permita influir en sus decisiones clínicas en el futuro (Jamjoom y col., 1991).

En un estudio publicado se apreció que de todas las lesiones intracraneales, el 75% fueron correctamente diagnosticados y un 9% de forma parcial (Sumuvuori y col., 1983).

Bibliografía

Jamjoom, A, T Moss, Z A Jamjoom, y G Stanjalis. 1991. «The value of autopsies in neurosurgery». Acta Neurochirurgica 112 (3-4): 126-131.

Stranjalis, George. 2011. «Erratum to: The Value of Autopsies in Neurosurgery». Acta Neurochirurgica (Agosto 26). doi:10.1007/s00701-011-1118-y. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21870091.

Sumuvuori, H, A Penttilä, y E M Laasonen. 1983. «Clinical versus autopsy diagnosis of cranio-cerebral injury». Zeitschrift Für Rechtsmedizin. Journal of Legal Medicine 91 (2): 115-122.