El año 2012 marca el 25 aniversario del nacimiento de la estimulación moderna cerebral profunda (ECP), que fue presentada por Benabid en 1987.

Inicialmente mediante ECP del núcleo ventral intermedio del tálamo y posteriormente del núcleo subtalámico (STN), fue capaz de demostrar su eficacia en prácticamente todos los síntomas de la enfermedad avanzada de Parkinson (EP), lo cual provocó una época de intensas actividades clínicas, de investigación, en una variedad de trastornos neurológicos, psiquiátricos, cognitivos y de comportamiento.

Descubrimientos fortuitos y avances en neuroimagen funcional están proporcionando “nuevas” dianas cerebrales en un número creciente de patologías.

En el cominzo del siglo XXI, ha habido algunos indicios de que esta técnica esté en riesgo de deslizarse por una pendiente resbaladiza, que recuerda a los excesos de la estimulación cerebral profunda de la era antigua.

Aunque hay muchas razones este año para celebrar los logros de 25 años de estimulación cerebral profunda, también hay razones para temer la apertura de una nueva caja de Pandora (Hariz, 2012).

Bibliografía

Hariz, Marwan. 2012. “Twenty-five Years of Deep Brain Stimulation: Celebrations and Apprehensions.” Movement Disorders: Official Journal of the Movement Disorder Society (June 1). doi:10.1002/mds.25007. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22674402.