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La creciente complejidad de las técnicas quirúrgicas ha aconsejado la creación de unidades superespecializadas en la mayoría de los Servicios de los hospitales públicos de tercer nivel, con el fin de mejorar los resultados obtenidos gracias a una mayor experiencia.

Son las llamadas unidades funcionales asistenciales.

La neuroendoscopia y el perfeccionamiento de los sistemas para tratar la patología del líquido cefalorraquídeo han cambiado los estándares de tratamiento de las hidrocefalias.

Así, el tratamiento de una hidrocefalia crónica en un adulto, que hasta finales del siglo XX suponía un proceso de incertidumbre diagnóstica y tratamiento que podía requerir intervenciones en múltiples tiempos, se puede resolver de manera más sencilla con los métodos diagnósticos actuales y los nuevos sistemas de válvulas programables.

Si existe incertidumbre, se puede evitar la implantación de costosos sistemas de derivación del líquido cefalorraquídeo.

El tratamiento, disponía al paciente a la posibilidad de múltiples complicaciones, con más de un tiempo quirúrgico, largas estancias y gran coste para la institución.

La mejoría diagnóstica y terapéutica permite abaratar costes disminuyendo la estancia hospitalaria y la colocación de un solo sistema sin necesidad de reintervenir al paciente.

La endoscopia aporta además soluciones a estas patologías más fisiológicas y con menor tasa de complicaciones.

Tampoco debemos olvidar el protagonismo que las técnicas de medición de la presión intracraneal ha tenido en la decisión del tratamiento más adecuado.

Con esto parece que el clásico concepto de tratamiento empíricoa, usado ante una hidrocefalia crónica del adulto por los neurocirujanos durante décadas, está obsoleto.

Está claro que es necesario individualizar los casos, y que un equipo bien entrenado es capaz de resolver una patología del líquido cefalorraquídeo de forma más efectiva y eficiente que un servicio sin este tipo de sección.

Pensamos que un sección de Hidrocefalias y trastornos de la dinámica del líquido cefalorraquídeo

Es capaz de aportar opciones de diagnóstico y tratamiento definitivas ante problemas complejos.

Enfatiza la capacidad del neurocirujano de tratar problemas en todas las vertientes de los trastornos de la dinámica del líquido cefalorraquídeo.

Como sabemos la ventaja competitiva del neurocirujano es su versatilidad.

Todos los meses recibimos en el servicio interconsultas de otros especialistas, médicos y quirúrgicos, sobre pacientes que requieren tratamientos específicos gracias a que el neurocirujano es capaz de:

Operar cualquier tipo de trastorno de la circulación del líquido cefalorraquídeo.

Realizar neuroendoscopia.

Ocuparse de los cuidados específicos de los sistemas valvulares.

Coordinar posteriormente el seguimiento, eligiendo la mejor opción basada en la evidencia científica.


Ello nos hace identificar en el hospital (urgencias, consultas externas, plantas de hospitalización), una población diana subsidiaria de aplicación de estas técnicas.

En muchos casos, en el tratamiento de la hidroceflia, se precisa la colaboración de otras especialidades: servicio de enfermedades infecciosas, ginecólogos, oncólogos, O.R.L., traumatólogos, neurocirujanos, rehabilitadores, neurofisiólogos…

La formación de estos equipos interdisciplinares puede estar orquestada por el neurocirujano

Es necesario homogeneizar cada grupo de estos pacientes y elaborar protocolos de actuación y vías clínicas para establecer cual será el papel desempeñado por cada una de las especialidades. Esta estandarización tiene 3 ventajas inmediatas:

1. Mejora de los resultados de la casuística (GRDs) en cuestión.

2. Eliminación de la variabilidad clínica y mejora de la eficacia y eficiencia.

3. Implicación de los médicos de cada unidad en la gestión de sus recursos, humanos, físicos, materiales y organizativos.

4. El trabajo interdisciplinar favorece el desarrollo de nuevos procesos asistenciales, donde tienen cabida las técnicas neuroendoscópicas para el tratamiento de la hidrocefalia en todas sus vertientes.

La organización de unidades no está exenta de desventajas (tendencia a la subespecialización entendida como encasillamiento en una patología con desentendimiento del resto y mayor complejidad organizativa) pero puede ofrecer grandes ventajas, la mayor de las cuales es la obtención de mejores resultados, tanto clínicos como de gestión.

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  • Última modificación: 2019/09/26 22:12
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