fistula_carotidocavernosa

Las fístulas carótido-cavernosas son comunicaciones anómalas que se establecen entre la arteria carótida interna (ACI) y el seno cavernoso, bien directamente o bien por ramas intradurales de las arterias carótida interna o externa, lo que ocasiona hipertensión venosa orbitaria.

La causa más frecuente es la postraumática; también puede ser debida a rotura espontánea de un aneurisma de la ACI intracavernosa, postquirúrgica…

Barrow y cols, clasifican las mismas según los hallazgos angiográficos en dos grupos: fístulas carótido-cavernosas directas o tipo A y las indirectas o durales (tipo B-C-D)

Las fístulas “directas” se producen por la ruptura de la arteria carótida interna en el interior del seno cavernoso. Son de alto flujo, presentan un debut clínico dramático y se producen frecuentemente tras un traumatismo o por una ruptura aneurismática de la misma. Se han descrito casos tras osteotomías tipo Le Fort I.

Las de bajo flujo o “indirectas” se producen por la ruptura, generalmente espontánea, de ramas de pequeño calibre de la arteria carótida interna o externa y el seno cavernoso. Clínicamente indolentes, se presentan más frecuentemente en mujeres perimenopaúsicas. Son atribuidas a multitud de causas entre las que se encuentran anomalías congénitas, hipertensión venosa espontánea por trombosis, arteriosclerosis, enfermedades del colágeno, arteritis sifilítica y daño vascular iatrogénico.

A su vez se dividen en: tipo B (ramas meníngeas de la arteria carótida interna), tipo C (ramas meníngeas de la arteria carótida externa) y tipo D (ramas de ambas arterias) (Riaño Argüelles y col., 2005).

Clínicamente se produce exoftalmos pulsátil, quemosis conjuntival, ingurgitación venosa y frémito orbitario.

En el estudio de TAC y RM se observa aumento del calibre de la vena oftálmica superior y de la musculatura extraocular, proptosis y edema periorbitario debido a la congestión ocasionada por la hipertensión venosa.

El seno cavernoso puede encontrarse distendido con el margen lateral convexo hacia la fosa craneal media.

El diagnóstico diferencial incluiría el edema cerebral difuso, en el que el engrosamiento de la vena oftálmica superior es bilateral en lugar de unilateral, y las malformaciones arteriovenosas durales, que generalmente no se asocian a traumatismo y en las que los síntomas no suelen ser tan fulminantes.

El tratamiento de elección de las fístulas carótido-cavernosas es la embolización mediante el uso de “coils” o balones por vía transvenosa, que se puede realizar de forma superselectiva (Satow y col., 2013).

En raros casos, no es factible debido a la oclusión de los vasos o las anomalías. En estos casos puede ser necesario una estrategia individualizada mediante un enfoque combinado quirúrgico y endovascular (Heiroth y col., 2012).

Barrow DL, Spector RH, Braun IF, et al.: Classification and treatment of spontaneous carotid-cavernous fistulas. J Neurosurg 62: 248-56, 1985.

Heiroth, Hi-Jae, Bernd Turowski, Nima Etminan, Hans-Jakob Steiger, and Daniel Hänggi. 2012. “Coiling of a Carotid Cavernous Sinus Fistula via Microsurgical Venotomy: Recommendation of a Combined Neurosurgical and Endovascular Approach.” Journal of Neurointerventional Surgery (January 27). doi:10.1136/neurintsurg-2011-010209. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22287722.

Riaño Argüelles, A., M. A Bada García, C. Sebastián López, and J. Garatea Crelgo. 2005. “Fístula Carótido-cavernosa.” Revista Española De Cirugía Oral y Maxilofacial 27 (2) (April): 113-117. doi:10.4321/S1130-05582005000200008.

Satow, Tetsu, Kenichi Murao, Toshinori Matsushige, Kenji Fukuda, Susumu Miyamoto, and Koji Iihara. 2013. “Superselective Shunt Occlusion for the Treatment of Cavernous Sinus Dural Arteriovenous Fistulas.” Neurosurgery (March 27). doi:10.1227/NEU.0b013e31828ba578.

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  • Última modificación: 2019/09/26 22:12
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