meningioma_del_ala_esfenoidal

Meningioma del ala esfenoidal

Cushing y Eisenhardt fueron los primeros en describir los meningiomas del ala esfenoidal en detalle, clasificándolos en tres grupos: 1) medial, 2 medio), y 3) lateral.

Se originan en la región esfenoidal, y presentan a menudo un patrón de crecimiento invasivo y destructivo de las estructuras vecinas.

El sinónimo más utilizado de los meningiomas esfenoidales en placa en la literatura es el meningioma esfenoorbitario (Li y col.,2009).

Ésta es la localización más frecuente entre los meningiomas de la base del cráneo y constituyen aproximadamente el 18% de todos los meningiomas intracraneales.

Es la localización más frecuente del meningioma en placa.

Son más frecuentes en pacientes del sexo femenino en la década de los 50 años de edad.

La mayoría son meningoteliales o psammomatosos.Pueden presentar distintos grados de calcificación o hialinosis.

La RM es la técnica primaria para diagnosticar meningiomas:

Delinea el nivel del tumor y la relación del tumor con el parénquima cerebral. Las imágenes son hipo o isointensas en T1 e hiperintensas en T2, con captación de contraste irregular, debido a la presencia de cuerpos de psamoma.

En algún caso la imagen de hipointensidad es más evidente por la gran cantidad de calcio intratumoral.

Se visualiza la característica imagen de pseudocápsula de LCR en casi todos los casos.

Asimismo se observa imagen de cola dural en casi todos ellos y a veces de forma muy evidente.

Pueden presentar edema importante y se corresponde con tumores de diámetro mayor.

Se precisa TAC de cráneo. En algunos casos se observan hiperostosis de la base y calcificaciones intratumorales.

En las imágenes de la angiografía cerebral dependiendo del tamaño se pueden apreciar desplazamientos y atrapamientos vasculares.Las arterias nutricias proceden de la carótida interna, carótida externa, ramas de la meníngea media y ramas de la maxilar interna.

En los casos quísticos pueden aparenter gliomas (Gol’bin y col., 2011).

Pseudotumor inflamatorio (Kasliwal y col., 2008).

Técnica quirúrgica

Craneotomías pterionales o según expansión craneotomías frontotemporales con fresado del techo de la órbita, ala menor del esfenoides y clinoides anteriores, según técnica de Dolenc y AlMefty, acompañado de la resección extradural de hueso infiltrado (Schick, Bleyen et al. 2006).

1.-Devascularización extradural y luego intradural.

2.-Vaciaminento tumoral (debulking).

3.-Microdisección de la arteria cerebral media (sus ramas y perforantes) de la cápsula tumoral.

4.-Identificación del nervio óptico y la arteria carótida interna en la base.

5.-Disección de la cápsula tumoral hasta exponer la arteria carótida distal y la parte proximal de la arteria cerebral media (Rey-Dios y Cohen-Gadol, 2013).

Se consiguen generalmente resecciones de grado 1 y 2 de Simpson, aunque algunas veces la extirpación solo es subtotal.

La creneotomía ipsilateral se realiza a nivel fronto-temporal en anestesia general.

Los pacientes se colocan en posición de decúbito supino con la cabeza inclinada 20 hasta 45 º según autores hacia el lado contralateral.

La incisión se realiza entre 5 mm y 1 cm por delante del conducto auditivo externo.

El suministro de sangre de este tumor procede generalmente de las ramas de la arteria meníngea media.

Pronóstico

Como complicaciones más frecuentes se pueden producir paresias del III - V par y hemiparesias que suelen ser transitorias. Crisis epilépticas postoperatorias y fístula de LCR , trombosis venosa profunda y tromboflebitis, diabetes transitoria y neumonía.

El pronóstico es más favorable en aquellos sin afectación del seno cavernoso.Los trastornos de visión mejoran en un 50 % de los casos (Nakamura, Roser et al. 2006).

Su recurrencia puede llegar a ser del 30% (Korshunov,Cherekaev et al. 2007) y está en relación a la invasión ósea (Roser, Nakamura et al. 2005).

En una serie de 56 pacientes, de todas las características de imagen estudiados, sólo la ubicación del tumor a lo largo del tercio medio del ala esfenoidal predijo significativamente una mayor tasa de complicaciones nuevas o un empeoramiento de déficit neurológico preexistente (OR 2,7, p <0,05) (Sughrue y col., 2013).

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