meningioma_del_tuberculo_selar

Los meningiomas del tubérculo selar se encuentran en la proximidad de los nervios ópticos, grandes vasos de la circulación anterior así como la región selar.

Historia

El primer caso fue reportado por Steward en 1899 en una autopsia.

La primera extirpación completa la realizó Cushing en 1916.

Localización

Tiene un espacio de crecimiento restringido por las siguientes estructuras:

Lateral: La carótida interna, arterias comunicantes posteriores y el recubrimiento aracnoideo de la cisterna carotídea.

Anterior: Los nervios ópticos y su cubierta aracnoidea.

Posterior: La hipófisis, el infundíbulo y la membrana de Liliequist.

Superior: Quiasma óptico y su cubierta aracnoidea, la lámina terminalis, el segmento A1 de la arteria cerebral anterior y la arteria comunicante anterior.

Por ello la única vía para la extensión del tumor es anterior, sobre el plano esfenoidal, sobre los nervios ópticos o entre el quiasma alrededor del complejo de la arteria cerebral anterior.

Epidemiología

Representan el 5 - 10% de todos los meningiomas intracraneales, con preponderancia en la mujer y en la tercera a quinta década de la vida.

Etiopatogenia

Este tumor se origina a partir del tuberculo selar, surco quiasmático, limbo esfenoidal o diafragma selar.

Anatomía patológica

El tipo anatomopatológico más frecuente es el meningoteliomatoso seguido del fibroso psammomatoso.

Clínica

La presentación clínica de esta clase de meningiomas se caracteriza por disfunciones visuales (100%), ya sea en un ojo (68%) o en ambos ojos (32%).

Estas alteraciones van desde la disminución en la agudeza visual, defectos en los campos visuales, hasta la ceguera en pocos casos.

El primer síntoma que usualmente aparece es el deterioro en la agudeza visual en el 95% de los pacientes.

Ddefectos de los campos visuales ( hemianopsias bitemporales asimétricas) y papiledema.

Los síntomas clínicos de alteraciones endocrinas son consecuencias de la etapa tardía la enfermedad.

El segundo síntoma en importancia, es la cefalea, que ocurre en el 35 a 45% de los pacientes y ocasionalmente puede ser el síntoma principal.

Otros síntomas, más raros son: alteración del estado mental, convulsiones, endocrinopatías (especialmente hiperprolactinemia) y anosmia.

Diagnóstico

Al examen físico el 75-80% presentan atrofia del nervio óptico. El patrón de pérdida visual más frecuente es la hemianopsia bitemporal.

Se precisa TAC y RM.

La imágen es sólida y homogenea con captación de contraste.

Diagnóstico diferencial

Macroadenoma hipofisário o metástasis.

En los casos en que la lesión es muy pequeña se puede confundir con una inflamación granulomatosa del nervio óptico (Chai y col., 2012).

La vía tradicional es transcraneal, siendo las vías de abordaje empleadas:

Frontal unilateral

del ojo más afectado.

Pterional

Preferible según Arifin y col., 2012, con apertura de la cisura de Silvio para drenar el líquido cefalorraquídeo (LCR) y mejorar el acceso a la zona del tumor.

Bifrontal

Supraorbitaria keyhole

Subfrontal contralateral

Reduce la manipulación del nervio óptico y visualiza el aspecto inferomedial del nervio óptico comprometido que podría resultar en la mejora de los resultados visuales postoperatorias (Jang y col., 2012).

Transesfenoidal

Ampliada tiene un potencial equivalente a la cirugía transcraneal para los de un diámetro máximo de menos de 30 mm. Los tumores con extensión lateral hacia la arteria carótida interna tienen menos posibilidades de extirpación total (Ogawa y Tominaga, 2012).

La descompresión del canal óptico puede aumentar la posibilidad de mejorar los síntomas visuales preoperatorias en la resección quirúrgica de estos tumores.

Interhemisférica superior

En la serie de Curey y col., la agudeza visual mejoró en 8 pacientes (72,8%), se mantuvo sin cambios en 2 pacientes (18,2%) y empeoró en 1 paciente (9%).

Alteración del olfato en 7 pacientes (35%), y panhipopituitarismo en 1 paciente (5%). Ninguno de los pacientes experimentó una fístula de LCR. El impacto del deterioro olfativo en la calidad de vida, según las estimaciones de un EVA (rango 0-10), fue una media de 5,7 ± 2,2 (95% IC 4.1 a 7.3). En la RM de seguimiento, no hubo lesiones adicionales, por lo que este abordaje parece ser eficaz en la resolución del problema del deterioro visual debido al meningioma de T.Sellae, sin inducir una lesión quirúrgica en la superficie del cerebro o a lo largo del corredor quirúrgico. El deterioro olfativo sigue siendo el reto en este abordaje (Curey y col., 2012).

Vía endoscópica endonasal

La radiocirugía complementaria se recomienda en los casos de recurrencia o extirpación subtotal.

El pronóstico depende de la duración de los síntomas visuales englobamiento del complejo de la arteria cerebral anterior y el tamaño tumoral.

Vídeo

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