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Meningioma espinal

Este meningioma representa el 25% de todos los tumores espinales y son los segundos tumores más comunes después del schwannoma espinal.

El más frecuente es el meningioma dorsal 80 % seguido del meningioma cervical 15% y lumbar 5 % (Solero y col., 1989; Albanese y Platania, 2002).

Predomina el sexo femenino 4:1, excepto en la región lumbar (ratio 1:1).

El 90 % son completamente intradurales, 5 % intra y extradurales y el 5 % extradurales y estos más frecuentes en niños que en adultos.

Los múltiples son raros y en la mayoría intradurales (Weil y col., 1990; Messori y col., 2002).

68 % laterales, 18 % posteriores y 15 % anteriores (Cohen-Gadol y col., 2003).

Edad de presentación 40 a 70 años de edad.

Son muy raros en la infancia y representan menos del 5% de los tumores intradurales- extramedulares,con localizaciones tumorales diferentes de los observados en adultos. Estas lesiones poco frecuentes tienden a ocurrir en la región cervical o torácica (Cho y col., 2013).

Series de publicaciones más importantes sobre meningiomas espinales:

   Gottfried 2003               16       76       8         48      36       16   

En más del 50 % de los pacientes se presenta una pérdida completa o parcial del cromosoma 22.

La mayoría son meningoteliales o psammomatosos.

La localización intra-espinal de los meningiomas de células claras es especialmente frecuente, donde se encuentran cerca de 45% de los pocos casos descritos con este patrón histológico (Park y col., 2006).

Estos se presentan en todas las etapas de la vida, pero con mayor frecuencia en niños y adultos jóvenes.

En comparación con otras variedades histológicas de meningiomas espinales, estos tumores ocupan principalmente el canal raquídeo lumbo-sacro y pueden encontrarse lesiones multifocales.

Al examen histo-patológico son reconocidos por la presencia de células poligonales de citoplasma claro con núcleos redondos con cromatina delicada, más no presentan ningún patrón meningotelial clásico, por lo cual usualmente se requieren estudios de inmunohistoquímica para su diagnóstico.

Aunque histológicamente su aspecto es benigno, su alta tasa de recurrencias ha motivado su inclusión en la clasificación de la OMS como grado II, ya que tras cinco años, cerca del 40% de los pacientes tienen recidiva aún tras una resección total (Tuñón-Pitalúa y col., 2011).

Clínica

El sintoma principal es el dolor localizado en la espalda en el 83% de los casos y el dolor radicular, así como disminución de fuerza muscular con paresias o plejías en el 83% y alteraciones de la sensibilidad como hipoestesias, parestesias o anestesia en el 50%.

La duración de los síntomas desde el inicio hasta el momento del diagnóstico varía entre 4 meses a 2 años.

Diagnóstico

Es conveniente realizar un TAC y RM.

La RM es la técnica primaria para diagnosticar meningiomas espinales. Delinea el nivel del tumor y la relación del tumor con la médula espinal, que es útil en la planificación quirúrgica.

Son isointensos en T1 y T2, y muestran un realce intenso tras la inyección de gadolinio.

En los cortes axiales se puede ver la compresión y desplazamiento medular.

Diagnóstico diferencial

La RM también ayuda a diferenciar meningiomas espinales de otros diagnósticos, incluyendo esclerosis múltiple, siringomielia, anemia perniciosa, o hernia discal. A diferencia de los meningiomas los schwannomas son hiperintensos en T2.

El tratamiento quirúrgico tuvo buenos resultados y muchos neurocirujanos aceptaron y junto con Cushing y Eisenharts en 1938 declararon “La operación exitosa de los meningiomas espinales representa uno de los más gratificantes avances de todos los procedimientos quirúrgicos 1).

Hoy en día se realiza la extirpación microquirúrgica que se puede completar con una monitorización neurofisiológica intraoperatoria:

Potenciales evocados transcraneales motores, potenciales evocados somatosensoriales (PESS) o electromiografía.

Anestesia

Infusión continua de propofol (20 ml / h).

Para el uso de monitorización neurofisiológica los relajantes musculares no se utilizan tras la inducción y la intubación.

Monitorización: Presión arterial invasiva, ECG, concentración de dióxido de carbono, pulsioximetro y la temperatura (Voulgaris y col., 2010).

Se coloca al paciente en decúbito prono.

Incisión en la piel sobre línea media, extendiéndola dos niveles por encima y por debajo de la lesión.

Los músculos paravertebrales, intrínseca transversospinal dorsal y profunda se separan subperiósticamente a cada lado.

Dependiendo del tamaño del tumor, se realiza una laminectomía monosegmentaria o multisegmentaria por encima y por debajo de la extensión del tumor.

Puede ser necesaria una facetectomía parcial, con el fin de aumentar el ángulo de visióny en algunos casos la facetectomía completa.

La duramadre se abre en la línea media y se fija a los lados.

Suele ser nesaria la sección del ligamento dentado para facilitar el manejo de la médula espinal.

La médula espinal generalmente está desplazada dorsalmente y rotado por el tumor.

La extirpación del tumor comienza lateralmente cuando el tumor se adhiere a la duramadre, con el fin de minimizar el daño térmico a la médula espinal.

El meningioma se contrae y luego se realiza una citorreducción con el fin de crear más espacio.

Tras la extirpación del tumor y la hemostasia cuidadosa, la duramadre se coagula en todos los casos y se cierra de una manera hermética.

Se coloca un drenaje de succión para evitar un hematoma epidural postoperatorio.

Técnica de Saito para preservar la duramadre:

Pequeña incisión en sólo la capa exterior de la duramadre extendió poco a poco, quitando la capa externa de la capa interna con un par de microforceps en una dirección rostral-caudal y de lado a lado.

En este punto,se podría visualizar la base tumoral

Tras retraer las capas exteriores en forma bilateral con suturas, se incide la capa interna de la duramadre y continuó alrededor de la base del tumor

El tumor liberado de la dura circundante y se quita con cuidado y se libera de la membrana aracnoidea. Después de la extirpación del tumor, el margen de resección de la capa interna se coagula y la capa exterior conservada se cierracon una sutura continua para hacerla hermética (Saito y col., 2001).

Posteriores

El abordaje posterior es menos invasivo y exigente,

Anteriores

El abordaje posterior implica un mayor riesgo de lesión medular.

Si el meningioma se implanta ventralmente se amplia la laminectomía lateralmente hacia la articular, para exponer de forma suficiente y evitar desplazar la médula espinal.

Puede ser incluso necesaria la exposición extracavitaria pósterolateral.

Clasificación del tipo de resección para acceder a la lesión:

Excepto la resección A1, A2 y B1 las demás pueden o no precisar una estabilización postquirúrgica.

Para la localización puede ser necesaria la ultrasonografía para reducir la exposición dural.

Radiocirugía

Recientemente, la radiocirugía se ha utilizado también para el tratamiento de los tumores intradurales espinales. Gerszten y col. publicó el control radiológico de meningiomas recurrentes con radiocirugía, sin embargo, se necesitan más estudios con seguimientos más largos (Gerszten y col., 2008).

Pronóstico

Menos de un 10 % pueden empeorar en cuanto a fuerza pero se suele recuperar en la mayoría de los casos.

La mortalidad es menor del 3 % y se debe a otras causas.

La incidencia de la fístula de LCR varía entre un (0%–4%).

La recurrencia con una extirpación completa es un 7 % en un seguimiento de 6 años.

La recurrencia ocurre entre 4 a 17 años postcirugía.

A diferencia de los intracraneales no existe correlación con el grado de resección dural en la zona de implantación.

Los resultados en los pacientes mayores de 70 años se desconoce debido a que el número de casos es pequeño (Morandi y col., 2004).

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1)
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