Nivel o grado de evidencia clínica
Es un sistema jerarquizado, basado en las pruebas o estudios de investigación, que ayuda a los profesionales de la salud a valorar la fortaleza o solidez de la evidencia asociada a los resultados obtenidos de una estrategia terapéutica.
Desde finales de la década de 1990, cualquier procedimiento realizado en Medicina, ya sea preventivo, diagnóstico, terapéutico, pronóstico o rehabilitador, tiene que estar definido por su nivel de evidencia científica, corriente que se llama Medicina basada en la evidencia o basada en las pruebas.
Niveles de evidencia y grados de recomendación
Según la US Agency for Health Research and Quality:
IIa: La evidencia proviene de, al menos, un estudio controlado bien diseñado sin aleatorizar.
IIb: La evidencia proviene de, al menos, un estudio no completamente experimental, bien diseñado, como los estudios de cohortes. Se refiere a la situación en la que la aplicación de una intervención está fuera del control de los investigadores, pero cuyo efecto puede evaluarse.
III: La evidencia proviene de estudios descriptivos no experimentales bien diseñados, como los estudios comparativos, estudios de correlación o estudios de casos y controles.
IV: La evidencia proviene de documentos u opiniones de comités de expertos o experiencias clínicas de autoridades de prestigio o los estudios de series de casos.
Grado de la recomendación
A: Basada en una categoría de evidencia I. Extremadamente recomendable.
B: Basada en una categoría de evidencia II. Recomendación favorable
C: Basada en una categoría de evidencia III. Recomendación favorable pero no concluyente.
D: Basada en una categoría de evidencia IV. Consenso de expertos, sin evidencia adecuada de investigación.
Ejemplos
Nivel de evidencia Ib: Stummer y col., mostraron que las tasas de resección mejoraron 6 meses la supervivencia libre de progresión con cirugía 5-ALA guiada por fluorescencia
Nivel de evidecia II:
La citorreducción en el tratamiento de los gliomas malignos sugiere un efecto sinérgico con la radioquimioterapia