Los quistes pineales son un hallazgo casual frecuente.

Esta nomenclatura no es correcta, pues englobamos a todas las lesiones quísticas de la región pineal: tumores quísticos, quistes aracnoideos, quistes epidemoides, quistes de cisticerco.

En los adultos, la prevalencia de quistes de glándula pineal se estima en 1.1-4.3%. Sin embargo, la prevalencia no está bien establecida en pacientes más jóvenes.

En un estudio se revisaron de forma retrospectiva una serie consecutiva de 14.516 pacientes de 25 años de edad y más jóvenes, que fueron sometidos a RM cerebral en una sola institución durante un período de 11 años.

En los pacientes identificados con quistes pineal, los autores analizaron las imágenes de acuerdo con el tamaño del quiste, las características de la señal, patrón de refuerzo, y la evidencia de efecto de masa local. Los autores identificaron 288 quistes de la región pineal (2,0%). La prevalencia de quistes de glándula pineal fue mayor en mujeres (2,4%) que en hombres (1,5%, p <0,001).

Los quistes pineales se identificaron en pacientes de todas las edades, con una mayor prevalencia en pacientes de mayor edad (p <0,001).

El tamaño del quiste pineal fue similar para todos los grupos de edad y sexo.

El quiste pineal es comun en la población pediátrica, con una prevalencia mayor en las niñas y en los pacientes mayores (Al-Holou 2009).

Los quistes gliales no neoplásicos dentro de la glándula pineal son quistes que se caracterizan por presentar una capa densamente fibrilar, compacta, de tejido glial, hipocelular con abundantes fibras de Rosenthal. Esto permite diferenciarlos de los pilocíticos que posen mayor celularidad de un patrón bifásico. También existen los originados en el parénquima pineal como los pineocitomas y los quistes aracnoideos. Lo que debemos remarcar es que, en general, los quistes pineales no tumorales son generalmente no sintomáticos. La mayor parte se hallan incidentalmente y la conducta habitual es su control periódico y ser tratados conservadoramente ¹⁾.