paralisis_facial

Tipos

La parálisis facial de origen central (parálisis supranuclear) se diferencia de las parálisis periféricas por la presencia de síntomas de afectación de otras estructuras del SNC, la preservación de los músculos frontal y orbicular de los párpados, que poseen una inervación bilateral, y por una discrepancia notable entre la afectación de los movimientos faciales volitivos y emocionales.

Las lesiones periféricas del nervio facial producen parálisis de los músculos faciales de un lado de la cara, acompañada de alteraciones de la secrección lagrimal y salival, y de la sensibilidad gustativa, dependiendo del trayecto lesionado del nervio. Las lesiones próximas al ganglio geniculado provocan además parálisis de las funciones motoras gustativas y secretoras.

Lesiones en el ganglio geniculado y en el punto de unión del nervio, con el n. cuerda del tímpano producen un cuadro similar, pero sin afectación de la secreción lagrimal.

Existiendo hiperacusia, si la lesión es próxima a la emergencia de la colateral al músculo del estribo.

Las lesiones en el agujero estilomastoideo provocan sólo parálisis de los músculos faciales.

Etiología

Una de las causas puede ser la intervención por schwannoma del nervio vestibular Preservar la función del nervio facial es particularmente importante para los pacientes debido a que produce una desfiguración y parálisis incapacitante que afecta gravemente la calidad de vida del paciente (Martin y col., 2001).

Monitorización

La EMG del nervio facial es un complemento fundamental para la localización del nervio facial durante la operación, su valor predictivo para la función del nervio facial está por determinar (Sughrue 2010).

La lesión del nervio facial durante la cirugía en el ángulo pontocerebeloso está precedida por un tren de ondas A, un patrón específico en el electromiograma. Estas ondas se pueden cuantificar por el parámetro “traintime”, que se correlaciona con el resultado funcional postoperatorio.

El análisis automatizado en tiempo real de la electromiografía intraoperatoria del nervio facial es la primera técnica fiable capaz de monitorizar de forma contínua en tiempo real (Prell 2010).

Tratamiento quirúrgico

La anastomosis del nervio hipogloso-facial es uno de los procedimientos habituales para restaurar la función después de la parálisis facial secundaria a la cirugía para la extirpación de tumores del ángulo ponto-cerebeloso.

Los resultados publicados de la anastomosis del nervio hipogloso-facial han sido variables, y todavía hay preguntas sobre las indicaciones, el momento y las técnicas quirúrgicas para este procedimiento.

En un análisis retrospectivo de 22 casos con parálisis facial completa, de una serie de 245 casos de tumores del ángulo pontocerebeloso intervenidos quirúrgicamente por uno de los autores. Veinte pacientes tenían un neurinoma del acústico (con una media de 3,5 cm), un paciente tenía un meningioma del peñasco, y un paciente tenía un neuroma facial.

La edad media de los pacientes fue de 47,3 años (rango 19 a 69 años).

El intervalo medio entre la cirugía del tumor a la anastomosis del nervio hipogloso-facial fue de 6,4 meses (rango 12 días a 17 meses), y el período medio de seguimiento después del procedimiento fué de 65 meses.

Los resultados fueron buenos en 14 casos (63,6%), regulares en tres (13,6%), y pobres en cuatro (18,2%); uno (4,5%) fué un fracaso.

Los buenos resultados se produjeron con mayor frecuencia en pacientes más jóvenes que se operaron en intervalos más cortos, aunque estas relaciones no fueron estadísticamente significativas.

No hubo complicaciones quirúrgicas.

Los buenos resultados se lograron en 17 (77,3%) de los 22 casos, y por lo tanto la anastomosis del nervio hipogloso-facial se considera un procedimiento eficaz para la mayoría de los pacientes con parálisis facial tras la cirugía de tumores del ángulo ponto-cerebeloso (Pitty 1992).

Bibliografía

Martin HC, Sethi J, Lang D, Neil-Dwyer G, Lutman ME, Yardley L: Patient-assessed outcomes after excision of acoustic neuroma: postoperative symptoms and quality of life. J Neurosurg 94:211–216, 2001

Pitty, L F, y C H Tator. 1992. Hypoglossal-facial nerve anastomosis for facial nerve palsy following surgery for cerebellopontine angle tumors. Journal of Neurosurgery 77, nº. 5 (Noviembre): 724-731. doi:10.3171/jns.1992.77.5.0724.

Prell, Julian, Jens Rachinger, Christian Scheller, Alex Alfieri, Christian Strauss, y Stefan Rampp. 2010. A real-time monitoring system for the facial nerve. Neurosurgery 66, nº. 6 (Junio): 1064-1073. doi:10.1227/01.NEU.0000369605.79765.3E.

Sughrue, Michael E, Rajwant Kaur, Ari J Kane, Martin J Rutkowski, Gurvinder Kaur, Isaac Yang, Lawrence H Pitts, y Andrew T Parsa. 2010. The value of intraoperative facial nerve electromyography in predicting facial nerve function after vestibular schwannoma surgery. Journal of Clinical Neuroscience: Official Journal of the Neurosurgical Society of Australasia (Mayo 13). doi:10.1016/j.jocn.2010.02.003. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20471836.

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  • Última modificación: 2019/09/26 22:28
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